sábado, 21 de mayo de 2011

Capítulo 12

Elenanochupacú



El goce sexual, como el amor incondicional que siente Corrientes por Verónica, no tiene fronteras. Tanto hombres como mujeres, a lo largo de la historia, fueron haciendo que el  camino hacia el orgasmo sea un lugar donde convivan la creatividad con el placer tranquilamente. Las variantes son conocidas, mucho se ha escrito y mucho se escribirá al respecto. Cabe decir que el acto, y si todo sale como lo planeamos, tiene siempre el mismo desenlace; solo las variantes, de aquel recorrido cuyo destino anelamos, pueden ser combinadas para lograr una dimensión acaso mas interesante y, claramente, mas satisfactoria. Claro que cada quién elige (en el caso de que esté acompañado, que su pareja esté de acuerdo no es menos importante) qué pinceladas puede darle a tales movimientos. Los gustos son solo gustos, y sobre esto no hay nada escrito… hasta hoy, donde pasaré a relatarles sobre los estragos que, un personaje que la prensa argentina bautizó como “elenanochupacú”, causó a los ciudadanos de Airas.
Debo adelantarles que tales acontecimientos causaron conmoción en todas partes de Latinoamérica, ya que la noticia no dejó de transcender, y que en Buenos Aires se llegaron a tomar medidas de prevención en varios de los espacios públicos de la ciudad. Sin embargo, lejos de ellos se encontraba tan odioso personaje, su lugar de acción se encontraba en el parque Clemente, ubicado a pocas cuadras de la facultad de psicología.

Era allí donde irrumpías en la tranquilidad de tan amable ciudad, enano endemoniado, era allí donde los gritos hicieron que los pájaros no volvieran a posar mas en las ramas de aquellos eucaliptos ni los ancianos se sentaran jamás en sus bancos, era allí donde tus victimas salían con humedad entre las piernas, era allí donde chupabas esos culos[1].

Todo consistía, y esto lo confirman los testimonios de victimas y testigos oculares, en bajarles un poco la ropa interior y chupar rápidamente:
“Venia con los libros en el brazo, iba para la facu. Cruzo el parque por el medio, para llegar más rápido. Y en eso veo que entre los arbusto sale un hombrecito desagradable que me grita, con gesto arengador, “vamo la acadé” y cuando me quise dar cuenta no lo tenía mas en frente de mí, lo tenía atrás chapándome el orto”.
 Tales palabras salieron de la boca de su primer victima: Juan Vicente Catan, estudiante de psicología, 23 años, soltero. La declaración fue tomada en la seccional 14, a pocas cuadras del hecho, según aseguró a la prensa el cabo Rodríguez el muchacho “se encontraba medio ido, y a cada rato me pedía un poco de agua, medio raro, qué enano hijo de puta, che”.
El rumor empezó a correr y al poco tiempo los vecinos mas próximos a la zona peligrosa fueron tomando diversas precauciones, algunas insólitas[2], sin embargo el enano seguían acechando a más y más victimas. Al parece este hombrecito solo encontraba excitación cuando metía allí su lengua y empezaba a moverla furiosamente. Y no lo hacía por que estaba loco: según la opinión de diversos estudiosos de la psiquis él lo hacía por la única necesidad de satisfacción, que era un medio por el cual ésta persona podía llegar al orgasmo al instante. Lo interesante es que no discriminaba entre ningún ser viviente, todo le daba igual, bastaría nombrar el caso de Chumba, aquel entrañable perro, tan conocido por los vecinos, que después de haber pasado por la chupada de este infame personaje, dejo de ladrar hasta el día de la fecha.
A medida que más gente caía en sus garras, las noticias trascendían los límites de la ciudad y ya podíamos ver a los noticieros de Buenos Aires dar a conocer estos terribles hechos, al igual que los diarios de gran tirada a nivel nacional. Y gracias a Internet esto llegó aun más lejos. Pero lo importante es que hoy este terrible enano ya no ataca más a los corrientes, aunque un tanto complejos, ciudadanos de Airas. Querrán saber el fin de esta historia (historieta…). ¿Cómo fue que el enano no jodió más? ¿Lograron agarrarlo? ¿Cómo es que ahora es gerente de un banco?

 En el próximo capitulo el final será develado.



[1] Primera estrofa de la canción” el  enano endemoniado”, popularizada por el grupo musical Los Frailes De Tu Hermana, escrita por Hernández/Godoy, dúo compositor del conjunto airiano.
[2] La distribución por parte de Pepota sería un claro ejemplo: una conocida señora de la ciudad que distribuyó ropa interior hecha con metal y bañada en oro, para grandes y chicos, al módico precio de diez pesos.

4 comentarios:

  1. de nombre me hizo acordar al Mendigo chupapi, que fue exito en el bafici de hace como 2 años.

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  2. no me digas!!! ni idea... juro no haber visto nunca esa película.
    elecé.

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  3. jajaja, te creo, yo tampoco la vi, pero recuerdo ese momento bafici, lo odio y lo amo a la vez, esas cosas solo pueden pasar en el bafici, yo te digo que si la filmaras (Esta era un corto) tenes el cartel de "agotado" como las de herzog o van sant

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  4. http://www.bafici.gov.ar/home09/es/films/info/$id/456.html

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